¿Es democrática la contienda electoral de este año en RD?

Por Johanna P. Espinal

2008-01-04

Si bien entendemos por democracia la forma de organización del Estado, en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad a los representantes podría surgir esta interrogante ante la actual contienda electoral, ¿Es realmente un proceso electoral democrático?.


Desde el punto de vista que estamos en un sistema democrático donde impera la libre elección podríamos considerar que sí lo es. Sin embargo, los partidos, especialmente si estos se encuentran en el poder lo usan a su favor.


Sí es un proceso democrático, pero empañado por las campañas sucias y abrumadoras y matizado por la manipulación de la masa.


Vemos como casi siempre en los períodos electorales  los partidos recurren a la compra de votos, siendo la clase pobre, por sus carencias de todo lo elemental, la más accesible para lograr esta manipulación electoral ya que por su condición creen ciegamente que al acceder a esto obtendrán lo prometido por los partidistas.
  
Y resulta penoso admitir que vivimos en un país clientelista, donde por cualquier suma de dinero, se vende la conciencia, formando así parte del montón de políticos corruptos que nos rodea.


Por otra parte, La Junta Central Electoral (JCE), cuya finalidad principal es organizar y dirigir las asambleas electorales para la celebración de elecciones y de mecanismos de participación popular establecidos por la presente Constitución y las leyes, muestra su inclinación e identificación con el Gobierno actual. Un caso palpable es la noticia difundida hace unos días donde se observa que en esta institución promueven constantemente una publicidad de campaña sucia contra el partido opositor, es decir, Partido Revolucionario Dominicano, (PRD), cuando se supone que la Junta Central Electoral debe ser 
totalmente imparcial, partiendo de que por eso debe regirse la institución y de que debe poner ejemplo en la sociedad, sin embargo, dejan notar descaradamente su preferencia morada.


Otro caso es la selección de los partidos por parte de la Junta Central Electoral, que denegó el reconocimiento a los partidos emergentes para los comicios de este año, dejando sin oportunidad a los partidos minoritarios.


Entonces partiendo de todas estas vertientes podríamos decir que en realidad tenemos un proceso electoral democrático porque el sistema lo es, pero no nos regimos por ello porque cada día más nos damos cuenta que estos procesos siempre están manchados de corrupción.